Esta es una de la muchas historias que pasan todos los días en algún lugar del mundo, Luisa es una mujer muy linda la verdad es que es muy bonita, siempre con una sonrisa en su cansado rostro, que esta marcado por una dura infancia, lo que me hace agradecer todo lo que siempre he tenido.
Ella siempre esta alegre, pero es lo que muestra, cuando la veo siento todo el valor que ella tiene para hacer todo lo que hace con una sincera sonrisa en los labios, no sé a que se deberán sus penas, sólo sé que le pesan mucho.
No es mucho mayor que yo y sin embargo ha vivido muchas cosas que yo no podría imaginar, ella es capaz de llevar una casa muy diferente a la que tú o yo misma nos podemos imaginar.
Cierro mis ojos y trato de recordar todo lo que de ella quiero evocar y sólo una imagen se viene a mi mente y esa es: un mujer de no más de veinticinco años con su pelo amarrado en un rígido moño que a veces parece que también amarra su alma, alta, delgada con un pequeño niño en sus brazos, que se afirma en la cadera, está parada frente a su casa con mucha alegría de vernos.
Luisa es una mujer tan valiente que se ha enfrentado a muchas cosas que la mayoría de nosotros no veremos nunca, cuando pienso en que ella es una joven como yo me doy cuenta que la vida le da a cada uno lo que puede soportar, si la vida le mandara aun más adversidades estoy segura que ella saldría victoriosa y fortalecida una vez más.
Sé que más de alguna vez ha llorado sola, creo que no sabré por qué pero me gustaría hacer que ella supiera que desde hoy ya no esta sola por que desde que abrió las puertas de su corazón cuenta con alguien más para cualquier cosa en l que pueda ayudar.
La vida la ha golpeado tanta veces y le ha arrebatado mucho, pero jamás podrá arrebatarle su cálida sonrisa.